“Los Derechos de la niñez no se toman vacaciones”
PROGRAMA DE VERANO DE LA UNLa

"Los Derechos de la niñez no se toman vacaciones"

Como todos los veranos desde hace más de 20 años, la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) volvió a abrir sus puertas para que niños y niñas de distintas instituciones barriales puedan disfrutar del programa “Los Derechos de la Niñez no se toman vacaciones”, una iniciativa socioeducativa, recreativa y cultural que fomenta la integración a la educación.

Redaccion // Miercoles 12 de enero de 2022 | 12:00

 

“Los derechos de la niñez no se toman vacaciones”, un programa que lleva a cabo la Universidad Nacional de Lanús desde hace más de 20 años. Se trata de una iniciativa dirigida a niños y niñas de instituciones barriales, cuyo objetivo es poder acercarles una herramienta que brinde conocimiento sobre diferentes áreas, a través de diferentes juegos recreativos. Además, se espera que de esta forma puedan conocer las instalaciones de una universidad abierta a recibirlos en un futuro para su formación profesional.
Los Derechos de la niñez no se toman vacaciones: el programa de verano de la UNLa
(Buenos Aires, 12 de enero de 2022) Como todos los veranos desde hace más de 20 años, la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) volvió a abrir sus puertas para que niños y niñas de distintas instituciones barriales puedan disfrutar del programa “Los Derechos de la Niñez no se toman vacaciones”, una iniciativa socioeducativa, recreativa y cultural que fomenta la integración a la educación.
Desde UNLa explican que este programa “apunta a cambiar la percepción que tienen diversos sectores, en especial los más vulnerables, respecto del acceso a la educación universitaria, es una manera de decirle a la sociedad que la universidad está abierta a todos y todas los que quieran formarse allí”.
Cada enero, la universidad recibe a niños y niñas de entre 5 y 12 años que se acercan a través de instituciones barriales de Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown y Esteban Echeverría. Durante todo el mes participan de diferentes talleres, percusión, música, danza, teatro, iniciación en oficios, informática, ajedrez y actividades deportivas entre otras cosas. El programa cuenta también con un área de salud para que quienes asisten puedan realizarse controles médicos - ya sea de patologías previas o de lesiones que se puedan producir durante las actividades-. También hay un vacunatorio, algo fundamental en este momento.
Según cuenta Juan Loiseau, director del Área de Deportes de la UNLa, “‘Los Derechos de la Niñez no se toman vacaciones' recibe en cada edición entre 400 y 500 niños”, pero aclara que, en 2022, debido a la explosión de casos de COVID-19 decidieron hacer una reestructuración del programa y crear un sistema de burbujas por institución, a fin de que cada una pueda concurrir una semana. De esta manera se podrá asegurar la participación de todos y a la vez cuidar la salud de los niños y las niñas.
El programa se encuentra a cargo de la Dirección de Deportes y Recreación, y de la Secretaría de Bienestar y Compromiso Universitario. El equipo de coordinación está conformado por el Lic. Julián Loiseau (Coordinador General), Diego Verdún, Jorge El Fasah, Mariana Kliszczewski, Priscila Gómez y Bárbara Zuanni. También forman parte el plantel de trabajo docentes de educación física, enfermeras, médicos, asistentes y talleristas, en total son casi 60 personas,
Derechos con historia
La idea de realizar este programa nació de la rectora de la UNLa, la Dra. Ana Jaramillo. Inicialmente, se trataba de una visita diaria de niños y niñas de instituciones barriales como clubes de barrio, merenderos, salitas y escuelas de verano que iban a conocer la universidad. Con el correr del tiempo se realizó una prueba piloto donde algunos grupos pasaron una semana entera en la universidad. “Vimos que el nivel de interpretación de consignas y de aprendizaje era espectacular” explica Loiseau y agrega que “el objetivo era poder mostrarles a través de las actividades la posibilidad de acceder a diferentes experiencias culturales, deportivas, educativas y recreativas a las cuales no solían acceder en la cotidianeidad”.
En base a los resultados de la prueba, decidieron que ya no sería una semana, sino que se llevaría a cabo durante todo el mes de enero. Esta idea se institucionalizó y hoy sigue funcionando de esta manera. Desde entonces, todos los veranos la universidad se acomoda y prepara para recibir a los grupos.
En la edición 2021, debido al contexto epidemiológico, el programa no se realizó de forma presencial, pero de todas formas se les hizo llegar a todas las instituciones barriales el 100% de los insumos alimenticios, recreativos y educativos. Se realizaron manuales lúdicos y videos explicativos para que los niños y las niñas se diviertan y aprendan de igual manera. A pesar de las dificultades, tuvo un buen impacto para quienes pudieron disfrutarlo.
Las huellas del programa
“En la UNLa las cosas se hacen realidad”, afirma Loiseau refiriéndose al hecho de ver alumnos y alumnas que participaron de la iniciativa y hoy están haciendo su carrera de grado en la universidad. Sin dudas un objetivo alcanzado.
Hay un caso particular que es emblemático, el de Ezequiel Lamboglia, un niño que comenzó con siete años en el programa de verano y mostró tal interés en el ajedrez que desde la universidad lo invitaron a participar de la actividad ajedrecística de estudiantes, algo que suelen hacer, pero que no siempre tiene la misma recepción. Como resultado, Ezequiel terminó jugando a nivel federado representando a la UNLa. “El día que le dimos el diploma a la promesa más joven del ajedrez terminamos todos llorando, fue realmente emocionante que un niño como Ezequiel surgido del Programa de Verano nos represente en el Ajedrez Federado”, relata el director del programa y cuenta que más tarde lo sumaron al equipo que dictaba el taller de ajedrez: “colaboró con los profesores, haciendo lo mismo que hacían ellos con él. Fue una forma de incorporar, desde otra mirada, a que sea parte del programa”
Las novedades de 2022
Este año se incorporó al equipo de trabajo la psicóloga Natalia Giménez, para conversar y acompañar las necesidades de las niñas, niños y referentes barriales de cada institución que participa del programa. La profesional se encuentra realizando un informe descriptivo “Infancias en Pandemia” que incluirá relatos en primera persona sobre vivencias de niños y niñas durante el aislamiento preventivo.
Además, en lo que va de esta edición, los chicos y chicas pudieron disfrutar de la visita de los Reyes Magos, quienes entregaron regalos, kits escolares, barriletes y compartieron leche chocolatada, barritas de cereales y golosinas.
“Los Derechos de la Niñez no se toman vacaciones, es más que una iniciativa, es una forma de vida. No concebimos enero sin el programa, ni el año sin tener articulación con instituciones barriales”, asegura Loiseau y destaca lo increíble que es tener la posibilidad de mejorarles un poquito la calidad de vida a todas las familias que participan. En ese sentido, sostiene que “el 100% de los que trabajamos en la UNLa estamos comprometidos con el proyecto institucional, con los valores y con lo que difundimos desde la universidad”.

Desde UNLa explican que este programa “apunta a cambiar la percepción que tienen diversos sectores, en especial los más vulnerables, respecto del acceso a la educación universitaria, es una manera de decirle a la sociedad que la universidad está abierta a todos y todas los que quieran formarse allí”.

Cada enero, la universidad recibe a niños y niñas de entre 5 y 12 años que se acercan a través de instituciones barriales de Lanús, Lomas de Zamora, Almirante Brown y Esteban Echeverría. Durante todo el mes participan de diferentes talleres, percusión, música, danza, teatro, iniciación en oficios, informática, ajedrez y actividades deportivas entre otras cosas. El programa cuenta también con un área de salud para que quienes asisten puedan realizarse controles médicos - ya sea de patologías previas o de lesiones que se puedan producir durante las actividades-. También hay un vacunatorio, algo fundamental en este momento.

Según cuenta Juan Loiseau, director del Área de Deportes de la UNLa, “‘Los Derechos de la Niñez no se toman vacaciones' recibe en cada edición entre 400 y 500 niños”, pero aclara que, en 2022, debido a la explosión de casos de COVID-19 decidieron hacer una reestructuración del programa y crear un sistema de burbujas por institución, a fin de que cada una pueda concurrir una semana. De esta manera se podrá asegurar la participación de todos y a la vez cuidar la salud de los niños y las niñas.

El programa se encuentra a cargo de la Dirección de Deportes y Recreación, y de la Secretaría de Bienestar y Compromiso Universitario. El equipo de coordinación está conformado por el Lic. Julián Loiseau (Coordinador General), Diego Verdún, Jorge El Fasah, Mariana Kliszczewski, Priscila Gómez y Bárbara Zuanni. También forman parte el plantel de trabajo docentes de educación física, enfermeras, médicos, asistentes y talleristas, en total son casi 60 personas,

Derechos con historia

La idea de realizar este programa nació de la rectora de la UNLa, la Dra. Ana Jaramillo. Inicialmente, se trataba de una visita diaria de niños y niñas de instituciones barriales como clubes de barrio, merenderos, salitas y escuelas de verano que iban a conocer la universidad. Con el correr del tiempo se realizó una prueba piloto donde algunos grupos pasaron una semana entera en la universidad. “Vimos que el nivel de interpretación de consignas y de aprendizaje era espectacular” explica Loiseau y agrega que “el objetivo era poder mostrarles a través de las actividades la posibilidad de acceder a diferentes experiencias culturales, deportivas, educativas y recreativas a las cuales no solían acceder en la cotidianeidad”.

En base a los resultados de la prueba, decidieron que ya no sería una semana, sino que se llevaría a cabo durante todo el mes de enero. Esta idea se institucionalizó y hoy sigue funcionando de esta manera. Desde entonces, todos los veranos la universidad se acomoda y prepara para recibir a los grupos.

En la edición 2021, debido al contexto epidemiológico, el programa no se realizó de forma presencial, pero de todas formas se les hizo llegar a todas las instituciones barriales el 100% de los insumos alimenticios, recreativos y educativos. Se realizaron manuales lúdicos y videos explicativos para que los niños y las niñas se diviertan y aprendan de igual manera. A pesar de las dificultades, tuvo un buen impacto para quienes pudieron disfrutarlo.

Las huellas del programa

“En la UNLa las cosas se hacen realidad”, afirma Loiseau refiriéndose al hecho de ver alumnos y alumnas que participaron de la iniciativa y hoy están haciendo su carrera de grado en la universidad. Sin dudas un objetivo alcanzado.

Hay un caso particular que es emblemático, el de Ezequiel Lamboglia, un niño que comenzó con siete años en el programa de verano y mostró tal interés en el ajedrez que desde la universidad lo invitaron a participar de la actividad ajedrecística de estudiantes, algo que suelen hacer, pero que no siempre tiene la misma recepción. Como resultado, Ezequiel terminó jugando a nivel federado representando a la UNLa. “El día que le dimos el diploma a la promesa más joven del ajedrez terminamos todos llorando, fue realmente emocionante que un niño como Ezequiel surgido del Programa de Verano nos represente en el Ajedrez Federado”, relata el director del programa y cuenta que más tarde lo sumaron al equipo que dictaba el taller de ajedrez: “colaboró con los profesores, haciendo lo mismo que hacían ellos con él. Fue una forma de incorporar, desde otra mirada, a que sea parte del programa”

Las novedades de 2022

Este año se incorporó al equipo de trabajo la psicóloga Natalia Giménez, para conversar y acompañar las necesidades de las niñas, niños y referentes barriales de cada institución que participa del programa. La profesional se encuentra realizando un informe descriptivo “Infancias en Pandemia” que incluirá relatos en primera persona sobre vivencias de niños y niñas durante el aislamiento preventivo.

Además, en lo que va de esta edición, los chicos y chicas pudieron disfrutar de la visita de los Reyes Magos, quienes entregaron regalos, kits escolares, barriletes y compartieron leche chocolatada, barritas de cereales y golosinas.

“Los Derechos de la Niñez no se toman vacaciones, es más que una iniciativa, es una forma de vida. No concebimos enero sin el programa, ni el año sin tener articulación con instituciones barriales”, asegura Loiseau y destaca lo increíble que es tener la posibilidad de mejorarles un poquito la calidad de vida a todas las familias que participan. En ese sentido, sostiene que “el 100% de los que trabajamos en la UNLa estamos comprometidos con el proyecto institucional, con los valores y con lo que difundimos desde la universidad”.

 

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